Hace unos meses os comentábamos la necesidad de impulsar los negocios tradicionales a través de las nuevas tecnologías.Un ejemplo claro es el de la carnicería vasca que aplicó las ventajas del vending a su negocio,ver ( http://bit.ly/ycEPS2 ).Desde hace unas pocas semanas, opera en la localidad vizcaína de Mungia una máquina expendedora adaptada a la venta de pescado fresco envasado de la mayor calidad.
El objetivo no es otro que acceder a un cliente novedoso como es el de las pescaderías y ofrecerle otro canal de distribución sin poner en peligro la calidad de un producto tan delicado. Los encargados de la pescadería, una vez se acerca el cierre de la tienda, prepara el mismo material que se ha vendido durante el día y lo envasa limpio, fileteado para colocarlo en la máquina y que esté disponible durante las horas de cierre.
Y lo mejor, se mantiene el precio que se ha tenido durante el día de cara al público.
Las opciones son múltiples, desde merluza a gamba, pasando por quisquilla, caracolillo, langostino, lirio o salmón. Los clientes de una pescadería tradicional de barrio agradece mucho esta opción para acceder a un producto que ha tenido siempre un horario determinado.
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